La honestidad es una forma de vivir congruente entre
lo que se piensa y lo que se hace, conducta que se observa hacia los
demás y se exige a cada quien lo que es debido.
Si podemos hacer un listado de las cualidades que
nos gustaría ver o mejor aún poseer, seguramente diremos que la
honestidad garantiza confianza, seguridad, responsabilidad,
confidencia, lealtad y en una palabra, integridad.
Si eres honesto tendrás el reconocimiento de los
demás, porque el interior y el exterior son el reflejo el uno del
otro. No existen contradicciones entre los pensamientos, palabras o
acciones. Ésta integración te proporciona claridad y ejemplo a los
demás; ser interiormente de una forma y exteriormente de otra,
ocasiona daño y conflictos, porque no se puede estar cerca de los
demás ni los demás querrán estar cerca de una persona que no es
confiable o digna de confianza. El valor de la honestidad es visible
en cada acción que se realiza.
Cuando existe honestidad y limpieza en lo que se
hace, hay cercanía y cariño; sin estos principios la sociedad no
puede funcionar, esto significa nunca hacer un mal uso de lo que se
nos confía, por ejemplo, usar los recursos de manera adecuada para
las necesidades básicas, pues los recursos bien utilizados crean
bienestar y se multiplican.
No hay comentarios:
Publicar un comentario